Gabriel Alonso

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Oculto en la sombra. Sucediendo en el margen. Disolviendo la forma.
Galería Nordés, A Coruña (2021)
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Oculto en la sombra. Sucediendo en el margen. Disolviendo la forma.

La oscuridad es mi caldo de cultivo. La oscuridad es hechicera. Te estoy hablando y me arriesgo a la desconexión, soy subterráneamente inalcanzable por mi conocimiento.Estoy en este instante en un vacío blanco esperando el próximo instante. Contar el tiempo es sólo una hipótesis de trabajo. Pero lo que existe es perecedero y esto obliga a contar el tiempo inmutable y permanente. Nunca ha empezado y nunca acabará. Nunca. Y yo vivo al margen, en un lugar donde la luz central no me quema. Y hablo muy bajo para que los oídos se vean obligados a estar atentos y a escucharme. Yo estoy escuchando ese silbido en la oscuridad. Yo, que estoy enferma de condición humana. Me rebelo, no quiero seguir siendo humana.

Clarice Lispector, Agua viva, 1973.

Cerrar los ojos con mucha fuerza. Ni aún así conseguimos estar en la oscuridad absoluta. El negro detrás de las membranas de los párpados está rodeado de una reverberación rojiza. Cuanto más fuerte es la acción de cerrar, más destellos blancos aparecen y desaparecen. Abrir los ojos y mirar directamente a una fuente de luz. La claridad es tal que tampoco se pueden distinguir otros contornos. Es una oscuridad blanca y resplandeciente. Entreabrir los ojos mirando directamente al sol. El círculo es lo único siempre presente, vibrante.

Los ojos humanos no son útiles en la negrura total o en la luminosidad plena. Su función perceptiva se trastoca, casi se anula. Tenemos que aprender a relacionarnos con lo otro, con las que nos rodean -entidades, historias- con sus formas que se disuelve ante nuestra visión, ante nuestra lógica. El intelecto normativizado se ve superado como único agente de ordenación del mundo.

La piel, como la del párpado, es ahora la interfaz, extendida. El susurro, en un silencio que nunca es absoluto, es el que nos da indicios. El cuerpo, en el tiempo y en el espacio, toma otra densidad, otra medida, otra forma de moverse.

Aquí, intentamos pasos de nuevas coreografías que recorren estratos físicos, temporales, pero también matéricos, matemáticos, narrativos… seres de composiciones impensables, algoritmos entendidos como ciclos abiertos y no como límites computados, las voces subalternas de los que vivieron en un margen de la estructura definida y absoluta, que dieron cuerpo y aire y fueron sumidos en un olvido, cercas de campos que están para saltarlas, burocracias que no definen una identidad ni una relación con la tierra.

Queremos superar el binomio oscuridad–luz, civilizado–salvaje y humano–naturaleza, cuyos límites se borran en una propuesta de volver a mirar no (sólo) con los ojos. Abrirse a otras posibilidades de nuevas concepciones del espacio y al reconocimiento de otras agencias que lo habitan –ocultas en la sombra, sucediendo en el margen– que disuelven la forma, la consensuada, y dan el tiempo para plantear nuevos modos de relación. Superada también la necesidad de un contorno definido, no por negar su identificación, pero si por negar en él todo lo que queda fuera: de la historia de los vencedores, de los sistemas socioeconómicos globalizados, de la productividad útil y utilitaria, de lo existente en toda su potencialidad.

Entre todas nosotras, artistas y obras y todas las que nos movemos acompasadamente o no a su alrededor, se cruzan palabras en silencio, ecos de preguntas y posibilidades, en un diálogo en voz baja y lento.

En la piel de la roca queda el rastro del martillo golpeado por la mano anónima. Pero está oscuro y solo bajando a los subterráneos y abriendo dilatadamente el obturador con una nueva luz, lo vemos. Y al mismo tiempo se convierte en abstracción en el grano de la fotografía. Rescatar su pre-esencia, como la del material industrial reunido, resignificado y dotado de otra estabilidad, bajo la presión de la mano que moldea la masilla y el resplandor del color difuminado. Enfrentarse a esta reverberación de tonos donde se adivinan las formas de la imagen y del signo del poder, en un frente de guerra entre el monumento y quien habita a su alrededor. Habitar las múltiples áreas geométricas, que salpican el terreno infiltrándose en la supraestructura, donde el cuerpo se tumba para medirlos, y la palabra, en una construcción semántica absurda, los reclama. Nueva situación para una partitura de ciclos vitales ignorados, de aparición y desaparición, representados en la forma impresa, pero también en la luz rosada que permite crecimientos interiores y que baña todo. Y entonces, descubrir huellas, orgánicas en su esencia, pero también de orígenes inanimados o surgidos de lo emocional, en una serie de compendios de imposibilidades del sentir.

Entonces, en el movimiento, en la coreografía, en las historias que se filtran, en la presión de la piel, se produce la posibilidad de exorcismo de lo racional, del encuentro sensorial con lo que se ha denominado irreal o inexistente. Aquí, se puede comenzar, inclasificablemente, las múltiples tentativas de ser.

Categories: 2021 Exhibition,  Gallery: Galería Nordés Curated by: Marta Ramos-Yzquierdo Exhibition: Elena Asins, Taxio Ardanaz, Nicolás Combarro, Esther Gatón, Carla Souto Photography: Roi Alonso. Courtesy: Galería Nordés Text : Marta Ramos-Yzquierdo